Nota final

Tonia,197...?No sé, hace un montón de años// 2011

Querido Cairó,

Perdona que te escriba en castellano, a ti que, si no recuerdo mal, eras catalán y catalanista. Pero es que llevo 30 años fuera del país, y el catalán lo hablo dos semanas al año, cuando vengo de vacaciones, y no lo escribo nunca.

He leído algunos de los textos de tus ex-alumnos y muchos nombran la clase de biología. Para serte sincera, si alguien me hubiera preguntado qué era lo que enseñabas, habría podido responder. ”—¿Biología? Sí, quizás.” No sé. La biología siempre me la ha traído floja, contigo o sin ti. Ni me interesaba antes, ni me interesa ahora, y eso que vivo al lado de un bosque y que  ciervos y alces cruzan mi jardín regularmente.

En cambio, si alguien me hubiera preguntado: ”—¿Qué recuerdas del Aula?” ”—El Cairó” habría sido una de mis primeras respuestas. Porque tú, Cairó, me presentaste al compañero más fiel de mi vida, Leonard Cohen. Aún tengo el disco de “Suzanne” que me regalaste. Y contigo –y otros, no recuerdo quienes- fui a mi primer concierto, de Moustaqui. Y la primera vez que vi a un profesor como a una persona —y, por tanto, no perfecta— fue en un concierto de Bruce Springsteen, donde te pillé fumando un porro.  Por no mencionar cuando, en vez de darnos clase, nos hablabas de Borges o de Alan Poe, de tus neuras, de nuestras neuras, en breve, de todo lo que no podíamos discutir con otros adultos, solo entre compañeros o contigo. Nunca he entendido qué hacías en Aula, cómo es que el Ribera, tan dado a reglamentos, tan estricto, permitía en sus filas a alguien tan poco convencional. A menos que, bajo su actitud de dictador, en el fondo supiera que alguien como tú, que iba mucho más allá del currículum escolar en la relación con los alumnos, era de hecho, algo que necesitábamos todos.

En los 30 años que hace desde que dejé Aula, nunca nadie ha movilizado a tanta gente para festejar la jubilación de un “profe”. Eso, Cairó, es tu nota final. Y, dicho de paso, la única nota que realmente importa: la que se te da como persona.

Un abrazo enorme, a ti,  

que eres parte de mí,     

por haber participado en hacerme

tal como soy.

 Tonia Tell Cerexhe, Sinera